Esclavitud de la Virgen del Sagrario
Primeras Hermandades de la Virgen
LA HERMANDAD DE OPERARIOS DE LA CATEDRAL
Para completar todo lo referente al culto de la imagen venerada, hemos de de incluir aquí un breve historial de la “Esclavitud de Nuestra Señora del Sagrario”, institución eminentemente piadosa y toledana, que ha venido a dar realidad a deseos muy antiguos, a encauzar estos fervores de la ciudad.
A este propósito parece oportuno dar aquí noticia de las diversas Congregaciones instituidas o intentadas constituir bajo la égida y con el título de Nuestra Señora del Sagrario, completando, de este modo, la historia de la devoción a esta Imagen.
La más antigua es la que se fundó en Toledo en 1571 con el nombre de “Hermandad de Nuestra Señora del Sagrario y Señor San Eugenio”, y a ella pertenecían, exclusivamente, los operarios y ministros que dependían de la Obra y Fábrica de la Catedral, en aquel tiempo muy numerosos, pues a más de haber mayor número de empleados para los servicios de la Catedral, tenía ésta montados talleres de bordados, vidriera, cerería, cantería, etcétera, en los que trabajaban a sueldo de la dicha Obra y Fábrica y para las necesidades de ésta muchos obreros. El fin principal, aparte el culto de su celestial Patrona, era el de procurar socorro a los hermanos en caso de pobreza o enfermedad. Como acto especial de culto tenían, según reglamento, la fiesta que a la Virgen del Sagrario hacían en uno de los días de la Octava de la Asunción, de la que se celebraba el día 22 de agosto y a la que también, asisten los operarios que en la actualidad sirven al Templo primado. También, como aparece de las cuentas de la Hermandad y de estas Constituciones, se celebraba otra fiesta en honor de San Eugenio, si bien con solemnidad inferior a la de la Virgen.
LA PRIMERA ESCLAVITUD DEL SAGRARIO
Del 1613 data una Congregación de Nuestra Señora del Sagrario, establecida en la Iglesia parroquial de San Ginés, de la Corte. Existía en esta Parroquia una Archicofradía de las Ánimas, cuyas constituciones habiéndose perdido, y al renovarlas en la fecha indicada, la titularon Hermandad de Nuestra Señora del Sagrario, conservando los fines que primero tenían de sufragar a las almas del Purgatorio y agregando este otro, que vino a ser ya el principal; dar culto a la Imagen de la Patrona de Toledo.
Constituían esta Hermandad los dos gremios de silleros y guarnicioneros y en 1671, con “motivo de haber adquirido el altar colateral del lado de la Epístola de la Iglesia parroquial de San Ginés (donde se hallaba y haya fundada) y cuatro sepulturas con todo lo demás perteneciente y haber hecho retablo de cuenta de los mismos gremios y colocado en él la Imagen de Nuestra Señora del Sagrario, dejaron el título de Archicofradía de Ánimas y empezaron el de Esclavitud de Nuestra Señora del Sagrario”. En 1786, Francisco Quintín Sánchez y Eugenio de Rojas, Maestros respectivamente de los gremios de silleros y guarnicioneros, presentaron al Real y Supremo Consejo de Castilla las nuevas ordenanzas, por que esta Esclavitud los Maestros, Oficiales y Aprendices de los dichos gremios de Madrid; para éstos, en cambio, era obligatorio, y así al empezar a aprender estos oficios, eran incluidos en la Congregación. Como objetos fundamentales, señalaban estas constituciones la función de su Patrona el día de la Asunción, los sufragios por las Benditas almas del Purgatorio y el socorro de los congregantes que lo necesitasen. Como acto original debe destacarse el que celebraban el 22 de Noviembre; honras por todos los hermanos difuntos, con sermón. Tenía estandarte con la Virgen del Sagrario y éste era llevado en el entierro de los esclavos de la Virgen
Actual Esclavitud de Nuestra Señora del Sagrario.
El 23 de agosto de 1923, el deán de la catedral primada, José Polo Benito, expuso la idea de fundar una esclavitud bajo la advocación de Nuestra Señora del Sagrario.
La iniciativa tuvo una gran aceptación entre los toledanos y rápidamente comenzaron las adhesiones, formándose una comisión que redacto los estatutos que fueron aprobados por el Cardenal Primado D. Enrique Reig el 30 de enero de 1924.
El domingo 17 de febrero de 1924 a las diez de la mañana se fijó la fecha de tal solemnidad, fecha que es también una de las más brillantes de la vida de Toledo.
A son de timbales y clarines, en compañía de los típicos alguacilillos, el heraldo municipal, conforme a la antigua usanza de la ciudad, hizo el sábado 16 el anuncio de las fiestas, publicando el siguiente
PREGÓN:
“Mañana a las diez y en la Santa Iglesia Catedral Primada de España se celebrará la inauguración de la Hermandad Esclavitud de Nuestra Señora del Sagrario Patrona de Toledo.
Se espera de la religiosidad de todos, que una vez más asistan por la mañana y por la tarde a honrar a la que la ciudad ha consagrado por Reina y Señora”.
Para dar más carácter a esta fiesta los “Gigantones”, “cabezudos” y la famosa “Tarasca”, que ya hacía mucho tiempo que no se exhibían y que constituyen una de las notas más pintorescas y propias de las fiestas de la población, recorrieron sus calles principales de todos sus barrios, despertando en todos ellos el regocijo popular más sano.
El día de la fiesta comenzó por una comunión general, en la que fue celebrante el Ilmo Sr Obispo Auxiliar y en la que, no obstante la crudeza del tiempo, más sensible en aquella hora, se acercaron a la Sagrada Mesa 1.500 personas. A la hora de la función el grandioso Templo Catedral se veía invadido por millares de fieles. Las autoridades civiles, militares, judiciales y eclesiásticas; el Ayuntamiento de la capital, junto al cual, como en el lugar de honor que le corresponde, aparecía el de Ajofrín; los Centros y Corporaciones todas de la capital asistieron también por medio de lucidas representaciones, para que así resultara que la consagración que la Esclavitud había de hacer a los pies de la Virgen fuera, no de ella sola ni de gremio o clase particulares, sino de Toledo entero, de todos sus elementos, de todos sus sectores, de todos sus hijos.
Pontificó en la fiesta el Emmo Cardenal Primado y predicó el Ilustrísimo Sr Deán, que hizo con gran brillantez el historial de la formación de la esclavitud, y de la exposición del significado espiritual de esta Institución vino a destacar en elocuentes y oportunas deducciones lo que para Toledo ha de representar y lo que en orden a ella ha de aportar esta ciudad.
Por la tarde se hizo procesión entera por el interior de la Iglesia. La Virgen ostentaba el manto que la ciudad le regalara en fecha memorable. Y ninguna ocasión, ciertamente, para adornarla con él, como aquella en que la ciudad, recordando los mejores días de su pasado religioso, se congregaba en torno a Ella y quería con ella ligarse con vínculos de amorosa y perpetua Esclavitud.
La jornada de aquel día inolvidable fue el anticipo de la que otro día celebérrimo había de contemplar atónita la imperial Ciudad. A los pocos días tuvo lugar la Junta de constitución de la Esclavitud en los salones del Municipio, que en tales momentos bien podía llamarse como antiguamente “la casa de la ciudad” pues toda ella se encontraba allí cobijada.
En esta sesión se adoptaron importantes acuerdos, y uno de ellos fue rogar al Emmo. Sr Cardenal Primado que ofreciera la Presidencia de la Esclavitud a Su Majestad el Rey